Gritar o quedarme callada. ¡Qué más da!
Mi voz no logrará espantar éste lúgubre batir de alas.
Lo siento. Ten cerca que hace temblar mi mano.
Amenaza tormenta. A su paso asolará mi casa.
Mis sueños serán pisoteados.
No soy un visionario,
Mas es fácil entrever la muerte
entre tanta belleza.
Era éste quizás mi regalo.
Pagaré de sobra con mi razón.
Veo tambalearse mi equilibrio.
Veo como caigo boca abajo,
siempre boca abajo.
¡Qué importan mis gritos!
Nadie me escuchará.
Mi Dios obedece a otros designios
¿Lo sabes? Eres tú el único Dios.
Hasta que llegaste el Universo era un Caos.
Y volverá a serlo cuando te hayas marchado.
¡Silencio!
Alguien me propone un descanso,
un leve instante de reposo.
Tal vez mi mente, aturdida por tantos fantasmas.
¿Para qué quiero mi alma?
¿Para qué quiero la paz de mi espíritu?
También tú serás un fantasma.
Alma condenada a vagar por mis sueños
toda la Eternidad, toda la Eternidad.
¡Yo te increpo! ¡Yo te invoco!
Conjuro tu nombre que pesa como el plomo.
¡No me abandones en éste inmenso pozo
preñado de voces sordas, de cánticos de muertos!
¡Sigue mis pasos! ¡No pierdas mi rostro en el olvido!
Me reconocerás por el olor a sangre.
Mi herida se abrirá y vomitará mares rojos.
¿Querrás beber de ellos?
Es una invitación irreversible.
Bebe, y mi cuerpo será tu última morada.
Madrid 1995
4 comentarios:
Aqui no hay enormidad donde nadie oye tu voz. En el ciberespacio, todo el mundo puede oirte soñar ;)
Es verdad. De ahí mi deficiencia inicial a publicar mis escritos. Pero ahora son ya mi pasado. Es como si fuesen de otra persona y eso me gusta.
Es verdad. De ahí mi reticencia inicial a publicar mis escritos. Pero ahora son ya mi pasado. Es como si fuesen de otra persona y eso me gusta.
Reticencia, jo. Eso por entrar desde el móvil.
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